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domingo, 25 de mayo de 2008

de lustros y viandas

Las herencias son un tema delicado. Delicado en todos los sentidos. De hecho, si os fijais casi todas las palabas que se refieren a algo que es delicado en la realidad se escriben con "H". Es decir aquellos significantes cuyo significado es delicado o fragil suelen tener una grafía que lo hace ver. Así encontramos por ejemplo "huevo". Estos significados déviles y delicados pueden solucionarse mediante el uso de adjetivos con fonías fuertes que usen sonidos guturales de la /K/, es decir la "C". Así por ejemplo cuando hablamos de "huevo" y le añadimos "cocio" estamos hablando de un huevo que va más allá y supera la crisis de fragilidad. Con las herencias pasa lo mismo. Si le añadimos el adjetivo "colosal": "herencia colosal" la cosa deja de ser delicada para convertirse en una fiesta donde no puede faltar el vino y las papas asadas.

Ustdes cuando vean que me lio hablandod e cosas que no vienen al tema podrían decirme algo y nos ahorramos párrafos como el anterior. Pero claro, como se quedan mirando sin más y escuchando mis palabras como quien bebe agua del rio, pues...

El pequeño de los cinco hermanos nunca sobresalió demasiado, siempre fue tímido, flaco, pálido y un "correveydiles". Andaba de aquí para allá en bicicleta, apenas contaba 3 o 4 amigos, y cuando es mayor solo recuerda su infancia en periodos de 2 en dos días, pues los días laborables no tenían nada merecedor de traer a la actualidad. Su infancia terminó muy pronto, mucho antes de lo que él pensó. No fue brusco pero si determinante. Las decisiones más importantes hasta el día de hoy las tomo a los 14 años, solo, sin la ayuda de nadie y contra viento (marea no había). Los contrastes en la vida curten a la persona como si fuera cuero de vaca. El pequeño se crió con diferentes tipos de amigos: unos dibujaban libros en patinete en los libros de la escuela (redundancia y paradoja). Otros cazaban palomas, las diseccionaban y le daban el corazón de las mismas a los gatos justificando así la hazaña. A él lo que le gustaba era escribir en trozos de papel o cartón con la punta al rojo vivo de un palo. Dibujaba círculos, caras sonrientes o escribía su nombre mientras algunas viejas decían incesantemente: "si juegas con fuego te mearás en la cama". No llevaban razón, yo nunca se la di.

¡ups!. Bueno que más da, todos sabeis que estas cosas suelen ser autobiográficas. Mañana os cuento porqué murió la profesora de matemáticas... bueno, eso mejor no contarlo, por lo de autobiográfico...

un saludo desde la infancia,

Gumersindo



viernes, 23 de mayo de 2008

de vacas y santidad

Construir una casa no es una cosa que se haga de un día para otro. En realidad es una cosa que no se hace. Es una cosa que está ahí. Bueno, primero no está y luego sí. Es como todo en esta vida. A veces te levantas con sueño y otras cansado. A veces tienes hambre y otras ganas de comer. Unos días estás malhumorado y otros sin embargo tienes una mala leche increible.

Hoy sin embargo nada de eso. Ha sido un día genial. Bueno, al principio, porque al final estaba cansado, hambriento y con mala leche.

¿Ustedes como definirian un mal día? Yo sin duda me basaría en tres pilares ensenciales que hacen de un día el peor. Y os lo voy a explicar cuidadosamente:

El primer pilar (y/o columna) son los fardones. Los fardones son eso que tu madre te mete en la cintura cuando eres pequeño y que tu no paras de sacarte hasta que cumples los 30, día en que te parece mucho más limpio, ordenado, elegante y distinguido llevarlos por dentro. Para aquellos que nunca han escuchado la frase:

- ¡¡Niño!! ¡ Métete los fardones!

os lo explicaré mejor. Los fardones son esa parte sobrante que queda de cortar una camisa o camiseta por la parte de abajo. En la fábrica de camisas y camisetas hay una guillotina que corta los trozos de tela justo después del último botón o un palmo más abajo del estampado de la camiseta sea del color que sea. Ese trozo de tela se llama fardón, y sirve para "remeterlo" en los pantalones, siempre por encima de los calzoncillos (aunque hay que lo hace al contrario). Si lo haces al contrario puede ocurrir que al agacharte te asomen los calzoncillos modelo "abuelo" por detrás dejando bien claro que son azulesy que la camiseta (los fardones de la misma) está dentro del calzoncillo o calzoncillos. ¿y porqué los fardones son clave esencial de un mal día?. Muy sencillo, el día comienza por la mañana, y por la mañana se levanta uno, y cuando se levanta uno hay una señal inequívoca de que has dormido mal, algo que te indica claramente si esa noche ha sido fatídica o regulera: LOS FARDONES DE LA CAMA. Porque la cama también tiene fardones y si estos están fuera significará que te moviste mucho, te costó dormirte, se salió la manta, dormiste sin abrigarte, pasaste frio y probablemente alguien te violó.

Creo que me dais la razón.

Pasemos al siguiente punto. El segundo pilar que hace un día cualquiera el peor de mi vida es la armonía. La armonía señores no es lo que la tele nos vende, ni siquiera es lo que la Real Academia de las Lenguas nos dice. La armonía no es lo que el jefe espera de tí, ni tampoco es lo que le pides a la vida. La armonía es un conjunto de sucesos que han de darse en el transcurso real de la vida. Y la vida es una jodienda, así que si las cosas te van jodiendo es que hay armonía, armonía de tu existencia con la vida. Cuando las cosas te van bien es algo extraño, es especial, se le llama suerte, son las antípodas de la armonía. Por ello al levantarte por la mañana con los fardones de la cama completamente sueltos, la tostada cae al suelo por el lado de la mantequilla, te dejaste las llaves y has de subir 3 pisos a por ellas, etc etc se puede decir que estás en total armonía con el medio, con la naturaleza y con la sociedad. Y eso señores, esa armonía que la vida nos brinda es una auténtica mierda dolorosa.

El tercer punto muy a mi pesar es el más importante de todos. Seguramente los dos anteriores dependan de él. No solo eso, muchas personas opinan que de este pilar básico de los malos días se puede descifrar el sentido de la vida, el "¿de dónde venimos? y el "¿a dónde vamos?", el "¿porqué mi vecino es tan hijo de la gran puta?" y muchas preguntas que nunca se han podido resolver. El tercer pilar señores, y preparense para leerlo es...

...no me acuerdo. ¡Rayos!, cuando he empezado a escribir lo tenía todo en la cabeza, había estructurado cada punto, cada parte, pero... no lo recuerdo.

De todas formas, queridos lectores, el saberlo no os da la solución, sino solo la respuesta.

Un saludo desde el olvido y las disculpas,

Gumersindo



martes, 20 de mayo de 2008

de motosierras y samba

Ayer por la mañana era domingo y mañana por la tarde era hoy. Las nubes estaban más allá del sol y la tierra se doblegaba a sí misma en un intento de ordenar sus impulsos cardiacos desordenados (valga la rebuznancia) desde la sequía de los años 40. El suelo temblaba ante la impasible marcha de los cósmicos asteroides de azucar y vainilla que sorprendentemente tenían sabor a melón. Un pequeño, diminuto, casi insignificante altavocillo color verde claro anunciaba la llegada de un nuevo día que no era mañana, sino era ayer. Ayer por la mañana que era domingo, y mañana por la tarde que era hoy.

¿Sabeis a que me refiero?. Por la calle 6 o 7 ancianas vestidas de negro y con zapatillas sin cordones, sentadas en sillas de madera y mimbre cosian los pimientos pasando una aguja que de gorda se adivinaba su color gris. Uno por uno, cada pimiento era cosido con hilo a través de su tallo aún caliente. Justo antes habían estado asandolos. ¿Qué culpa tenían ellos del hambre?. Sin embargo eran la solución, y eso les convertía en su propio problema. ¿Acaso no seremos nosotros la solución a un terrible problema?. A un problema tan terrible que llegado el momento horrible aceptaramos con tal resignación el calor de las ascuas que no fueramos o fuesemos capaces de decir ni mu. Ni mu por decir algo. Porque que menos que decir:

- Oye, ¡que me estás quemando!

Quien sabe. Quizás dentro de pocos años, o dentro de unos días, alguien venga y nos explique muy despacio, con detenimiento y con rotundos argumentos que nuestra vida es a partir de ahora un simple trámite para solucionar el problema de seres superiores, o de un conjunto de seres superiores a nosotros solamente en número, como pueden ser las caracolas. ¿Y qué hacer?. Claro que habría quien se levantara cual hipie, o revolucionario, o moderno, o cara dura, o chulo o vete tu a saber y se quejaría incesantemente. Seguro que alguno entre los millones de seres humanos lo haría. Pero después de haber tomado tanto, quizás sea hora de dar algo. Y no lo veais como algo ecologísta pues quien por ejemplo lo que necesite es comernos para subsistir, si nos come a nosotros que somos de un sabor agridulce, seguramente no tendría complejo en comer de todo lo demás, extinguiendo así la vida en todo el planeta. Intentad ver este tema mucho más allá. Comparadlo por ejemplo con vuestra suegra, que es sin duda algo mucho más trascendental que el cambio climático o la desertización de Almería.

Las comparaciones son odiosas. Es detestable andar por la calle y escuchar a la gente decir:

- María Teresa Campos habla correctamente pero mejor hablaba Lope de Vega.

No comparen por favor. No comparen las cosas que no son de comparar. Eso no.

Os dejo con esa última reflexión, espero que paseis un buen día, un saludo desde el fresquito,

Gumersindo



viernes, 16 de mayo de 2008

de sardinas y flamenco

Anoche tuve un sueño. Un felíz y desesperante sueño de muerte y destrucción.

El mundo era un círculo lineal cúbico, posiblemente debido a la reacción de los gnocchi cuatro quesos y la naranjada del día anterior. Narajada sin burbujas por supuesto. Y volviendo a lo anterior. El mundo era, o mejor dicho se hacía a sí mismo un compendio de formas diferentes, abstractas o reales todas ellas con un solo fin: acabar con la especie humana.

¿Y como un triángulo equilátero puede plantearse en un momento dado acabar con nosotros?, os preguntaréis. Y yo os digo, si bien un triangulo no puede pensar por sí mismo, y mucho menos penar las penas por los demás, si que puede dadas las circunstancias aparecer en un sueño como le plazca. De hecho, aquellos objetos que en la vida real no tienen ánima (alma, existencia, razón de ser, conocimiento de su propio ser) en los sueños recobran una forma de vida muy superior a la nuestra incluso en ámbitos científicos y de arte (el cubismo es para ellos como la flecha que sale disparada del arco dibujado en las cuevas de Palma).

Es sin duda todo esto, no más que una sucesión de pensamientos derivados de "El área del cuadrado construido sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo, es igual a la suma de las áreas de los cuadrados construidos sobre los catetos" o también llamado "Teorema de Pitágoras" pero este segundo nombre es poco conocido entre los mortales. No así entre las caracolas de mar, que lo utilizan en casi todas las comidas, así como en España la mesa no es concebida sin el pan. (Cómete un filete de ternera sin pan, o un huevo frito: ¡que sacrilegio para el paladar!).

Volviendo a lo anterior, que nos atañe más impunemente: Si en vez de construir un cuadrado, sobre cada uno de los lados de un triángulo rectángulo, construimos otra figura, ¿seguirá siendo cierto, que el área de la figura construida sobre la hipotenusa es igual a la suma de las áreas de las figuras semejantes construidas sobre los catetos?. Seguramente ustedes ya estudiaron esto en la ESO. Yo, sin embargo no. Pero la respuesta a esa pregunta no viene de la mano de un mono vestido de botones, ni tampoco la saben las caracolas de mar, así como en nuestro mundo la mayoría de los humanos no sabe que las napolitanas de las panaderías en la mayoría de las ocasiones no son (aunque digan lo contrario) caseras, repito: no son caseras, son productos manufacturados y congelados en auténticas fábricas de pan y derivados y transportadas desde ahí a los establecimientos. Y... sí... he de decirlo: ¡incluso las de chocolate y las de jamón york y queso!.

Hasta aquí la reflexión de hoy, espero que les sirva de lección. Un cordial saludo,

Gumersindo



sábado, 10 de noviembre de 2007

de gorriones y flautas

Tengo un felíz amigo. Bueno, un felíz amigo que no se quién es. Es amigo mío poruqe he leído alguna cosilla suya. Pero a mí no me gusta hacer publicidad de nadie. Bueno, un poco sí. Pero esta vez no pienso deciros que se trata de Nuez desde México, la Capital, y que su email es nux@fulguris.net. Bueno, ahora el chiste típico, tonto, maloliente y y con sabor a pescado poco fresco, o quién sabe, quizás no fresco, o sin frescor. Se trata, ya sabéis, de: ¡ups, se me ha escapado!, os he dicho quién es..." Y diréis:

- Qué estupido Gumersindo, mira que andarse con esas cosas de niños, y encima explicarlo, se creerá gracioso. Con lo feo y absurdo que queda explicar los chistes.
- Pretende ser gracioso.
- Pues no lo consigue.
- No, no lo logra, no lo consigue.

Y llebáis razón todos. Todos en general. Tenéis toda la razón. Pero en mi afán de ser moderno y llegar más allá de lo que mis pies me permiten. Que me permiten poco desde que tengo el juanete. A veces te piensas que un juanete es algo pequeño. Como un Juan pequeño, suelen decir. Pero no es cierto, es un Juan grande, adulto, y que sabe como molestar bien a sus congéneres. Lo sabe y lo hace. Porque lo hace bien, y para algo que uno puede hacer bien, hay que aprobecharlo. Por ejemplo mi primo político Eduardo sabe poner bien puestos los alfeiceres de las ventanas.


"Era un planeta fuera de otro planeta dentro de otro planeta. bellaCo estaba soñando que bailaba con Büilare. Era una canción que cantaban unas lombrices mientras masticaban sugus de naranja. Ambos se morían de risa porque las lombrices con sus dientecitos filosos les provocaban dolor de estomago. Estaban felices porque apenas comenzaba la primavera y había árboles morados por todos lados, además, podían comer puños de azúcar sin enfermarse. Era el cumpleaños de Büilare. - ¡Dibújale una cola de perro, dibújale una cola de perro! -comenzó a decir una vocecilla en el sueño de bellaCo. A Büilare le salió una cola de perro y bellaCo casi despierta de la impresión. Entonces la abrazo mas fuerte concentrándose en el canto de las lombrices y en los sugus anaranjados. Le dolía mucho el estomago mientras Büilare terminaba de convertirse en perro. Las lombrices cantaban mas fuerte con dientecitos alevosos, maliciosos, codiciosos, desesperados. De todos modos no queria despertar."

Una vez alguien hablo sobre perros, alguien se le fué una tarde hablando de cahorricos y animales perrunos (perros), y este hombre (y/o mujer) inició en mí la pasión por escribir, y escribir, y escribir.

Perdonen la desdicha. Un saludo desde el sueño,

Gumersindo

PD:
Quizá mi entrada más corta desde hace 17 años.