de marcos de fotos y caracolas

Hombre, ya hacía tiempo que no escribía nada por aquí, y la realidad es que he estado muy ocupadillo con la vida. Porque la vida es ajetreada, lo queramos o no, la vida anda de aquí para allá moviendo esto y lo otro, no deja nada quieto, todo cambia, somos seres finitos o infinitos, nadie lo sabe. Lo que si se sabe es que el hambre es un bien escaso, y digo bien, porque muchas veces anda uno comiendo y comiendo todo el día que no para de comer, venga y venga, y venga y venga y venga, y así todo el rato, y eso no es, porque cuando quieres darte cuenta no sabes si has comido o no, pero de lo que no hay duda es de que no tienes hambre. No tienes hambre nunca, y echas de menos ese sentimiento de hambruna y desazón, esa necesidad de que las tripas te hagan guru guru. A mi me pasa eso, señores, y no es plato de un gusto encontrarte en esa situación cuando llegas a casa de los suegros.

Bueno, en realidad mi suegra vive en casa con nosotros, es una ancianita la pobre porque siempre ha vivido muchos años, desde que nació. Mi suegro, que en paz descanse se fue a vivir con una chavala de 21 años a Escocia y no hemos vuelto a saber más nada de él desde 1984. Y digo en paz descanse porque cuando uno descansa lo mejor es que sea en paz, porque a mi el otro día me dio por dormir una siesta de las buenas, porque a mi me gusta mucho dormir la siesta, entonces me acosté en la cama, bueno en el sofá cama que es más cómodo y mejor para dormir la siesta. Acababa de comerme un cocido de garbanzos que hace mi señora para chuparse los dedos con su morcillica, con sus garbanzos, con tocino, con habichuelas, con acelgas, con pollo, con jamoncillo, con el hueso del jamón mismo, con especias. Total que lo hace muy rico. Hace muy ricos también los panecillos tostaos, el gazpacho, el ajonjolí, el cochifrito y el atún con tomate. Y las aceitunas rellenas de anchoa, también las hace muy buenas con su anchoa por dentro. Y eso que a mi las anchoas no me gustan. Es así, de nunca me han gustado a mi las anchoas, una vez casi me decidía a decir que sí, pero luego probé otra y ya me di cuenta de que definitivamente no son plato que me alegre la vida.

Total, que habíame yo comido el cocido con un trozo de tocino de más de 400 gramos, me entró un sueño desesperante, me tumbé en el sofá cama, encendí la tele en la segunda cadena para ver los reportajes de animales de la dos. Antes de los documentales está el señor Jordi Hurtado que es un presentador muy famoso y que cumple hoy sus 10 años de emisión y desde Un Huevo Cocío le envío el más sincero saludo y felicitación manifiesta, porque Saber y Ganar es importante en la vida, es importante saber y es importante ganar, las dos cosas, porque si sabes y no ganas para que quieres tanto saber si luego no tienes nada, y si no paras de ganar y ganar y luego no tienes saber pues no sabes que ahcer con todo lo que has ganao, digo yo no?. Lo que iba diciendo, que concretamente estaban retransmitiendo el reportaje sobre los ñus y los cocodrilos, que cruzan el río y bueno, ya se sabe, el cocodrilo se come al nu hijo y al ñu padre, de manera que solo pasa el ñu madre, que desolada por lo ocurrido al llegar a la otra orilla decide ponerle los cuernos a su difunto ñu con un ñu más grande que se convierte en el jefe de la colada, digo de la camada.

La colada es otra cosa, la colada es lo de lavar la ropa, si lavas lana ten cuidado de hacerlo con agua fria que si no te encoje.

Bueno, estaba yo ya listo, cerré los ojos, pegué dos o tres cabezadas, y de repente una mosca posó sus pezuñas en mi nariz. Una de esas moscas comunes, negras, vacilonas, que se rien de tí, de esas que andan de truño en truño para luego darte más asco de lo normal. Pues esas, las llamadas moscas cojoneras. Así que estuve intentado darle caza con movimientos lentos y retardados por culpa de la tremenda ingesta de alimento cocidal anterior, y no pude más que desesperado tirarme al suelo, sollozando, sudoroso, molido y con la dichosa mosca en la nariz.

¿Por qué os cuento esto, amigos? Pues porque bien son conocidas todas las batallitas y cosas buenas que he realizado a lo largo de mi extensa y disparatada vida, y ya era hora de que supierais que yo también tengo mis problemillas y mis deslices.

A veces me caigo en el suelo, porque tropiezo. Otras veces no. Los limones son muy amargos, si les pegas un bocado se te pone la cara fea, y con los kiwis a veces pasa lo mismo porque están a lo mejor demasiado ácidos y te hace la cara un gesto de fefefefefefefe. Esto es verdad, si no hagan ustedes mismos la comprobación.

Yo de cocina entiendo mucho pero muchas veces me doy cuenta de que me falta mucho por aprender. Otras veces no, otras veces lo se todo. Es que no se, depende del día, no se si me explico.

Los cascos. Los cascos son una palabra del castellano. Perdón del español. En realidad la palabra es "casco", bueno no lo se, puede que sea "cascos", lo que seguro que no es es "casquete" ni "cuesquete". Yo a lo que me vengo a referir es a los cascos de las obras y a los cascos de escuchar el emepetré y/o mp4 y subsiguientes. A mi me gusta mucho de escuchar canciones con el mp3, canciones clásicas, por ello he incluido una gramola con los mejores temazos musicales de hoy, de ayer y de siempre. Me refiero a grandes temas de la música clásica de Mozart, Shoubert, Flinsterback, Mousolini, Lakatos Flash, Stradivarius, Paganini, Grimaldiping, Chaicovsking, Lou Reed, Isabel Pantoja, y otros tantos músicos compositores de magníficas melodías que suenan en nuestro interior. Bueno, suenan si antes las has escuchado, porque si no pues es dificil, porque si las escuchas en tu interior y no la has escuchado nunca antes quiere decir que tu también eres un compositor o puedes llegar a serlo con preocupación. Incluso si tienes ese don puedes se alfarero, no lo digo yo, lo dice la experiencia y los calafates.

Yo te quiero con limón y sal, ninonino ni no na.

Un saludo, muy suyo, muy mío, muy de ellos y nosotros,

Gumersindo